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BORJA SÁNCHEZ

“Resumir de manera breve y concisa todo lo que me llevo de elBulli 1846 es muy difícil ya que, probablemente, hayan sido los tres meses más intensos de mi vida.”

Resumir de manera breve y concisa todo lo que me llevo de elBulli 1846 es muy difícil ya que, probablemente, hayan sido los tres meses más intensos de mi vida.

Lo primero que destacaría de mi experiencia en Montjoi, es el equipo formado. La elección de los perfiles para la segunda convocatoria de elBulli1846 ha sido fantástica. Tanto a nivel personal, como emocional, como profesional, cada integrante del grupo era “la pieza clave” que completaba el puzle.

Como un engranaje perfecto, hemos sido capaces de, no sólo de compaginar todo el trabajo, sino también de generar una serie de sinergias y amistades que sin duda dudarán para siempre.

De mis compañeros me llevo parte de sus capacidades, de su pasión y de sus proyectos. Para mí, es muy complejo describir cuán motivado me he sentido por el simple hecho de compartir el espacio laboral con estos genios.

Creo que será muy complejo generar, por ejemplo, en convocatorias siguientes, un equipo tan unido y tan motivado. Esto ha sido vital para el correcto desarrollo del proceso de aprendizaje y de “sapienización”.

Además de mis compañeros, también ya puedo decir que tengo el honor de haber trabajado codo con codo con Lluis García, que he compartido cocinas con Marc Cuspinera y Fernando Martín, y que he dado servicios con Jose Mari López y Lluís Biosca. Una pasada.

Por supuesto, también me llevo el pasar tres meses con Ferrán, y han sido los tres meses más inspiradores de mi vida. Día tras día con él, pensando, analizando, comprendiendo, reflexionando y evolucionando como persona y como profesional. De Ferrán me llevo desde su capacidad de análisis y su mirada crítica, hasta el comprender un poquito más sobre el maravilloso arte de la degustación.

En elBulli he aprendido cómo se debe de leer un libro del Renacimiento, cómo se abre una almeja, y que un kamikaze es un viento divino. Además, en esta cala me he re-encontrado con mi ikigai.

Y es que...la motivación que emana de elBulli, puede olerse, sentirse y tocarse. Como otros muchos que ya pasaron por aquí, yo también me he sentado en esa roca rodeada de chumberas, donde dicen que te das cuenta de que tu vida nunca volverá a ser la misma.

Y yo nunca volveré a ser el mismo, y eso es lo mejor. ¿O quizás sí? no sé, no importa. Ahora entiendo el significado de la palabra innovación, el valor de la sistematización del trabajo, y que la libertad creativa nace de saber lo que estás haciendo. La metodología Sapiens, el legado de elBulli, las risas, y la comida de familia. Todo tan dispar, tan ecléctico, tan fantástico.

Con la mochila tan cargada, sólo pesa la responsabilidad. La responsabilidad que nace de saber que hay nueve nuevos Bullinianos, dispuestos a comerse el mundo.

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Borja Sánchez Montoya