La no-despedida. Parte II

Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas, que a la tercera va la vencida, que un clavo saca a otro clavo… Pero también dicen que la excepción confirma la regla. Y elBulli fue desde sus inicios una excepción.

Escribo estas palabras desde la terraza de elBulli, con la compañía sonora de la marea, que hoy está más en calma que en otros momentos de mi estancia aquí. Acabamos de poner punto final a la escritura de Sapiens: la innovación.

Es la segunda vez que es mi último día en ElBulli. Es la segunda vez que redacto esta no-despedida. Parece que, como las olas de Montjoi, me acerco y me alejo. Y me vuelvo a acercar. Es una percepción parecida a la que tengo del paseo marítimo de Roses: lo conocí lleno, se vació durante el invierno, y hoy está atestado de nuevo.

Y en las idas y venidas de esta experiencia tan única, uno se encuentra con nuevas caras y con nuevas conchas y piedras marinas. Cada una desde su riqueza particular han contribuido a transformar -y transformarme en- mi realidad.

El pueblo de Roses ya no será nunca un lugar de paso. Sí algo parecido a una morada.

Sapiens ya no es una metodología. Es mi manera de pensar.

Y Ferran Adrià es y será, para mí, Ferran.