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CAPÍTULO 4

La personalidad y la cultura profesional del sumiller

Todas las personas, como todos los sumilleres, son distintas y tienen su propia personalidad. Sin embargo, en el momento en el que trabajan de cara al cliente deben adaptarse a la cultura profesional de la empresa. Este capítulo permite comprender y reflexionar sobre estas formas y conductas. Existen innumerables condicionantes que moldean nuestro comportamiento, entre ellos destacan el entorno socioeconómico de la empresa, la forma de trabajar impuesta por el restaurante, la edad del trabajador, nuestras necesidades de autorrealización o nuestras propias limitaciones.

El sumiller, como ser humano, dispone de un cuerpo y una mente con la que realiza procesos cognitivos como sentir y percibir, recordar, concentrarse, hablar o pensar de manera inteligente. Gracias a su persona, y teniendo en cuenta los condicionantes, desarrolla su día a día con mayor o menor éxito.

En este capítulo se estudian las variables que podrían moldear el comportamiento del sumiller: los instintos, las capacidades (cognitivas, motoras, afectivas), las actitudes en el trabajo, su emocionalidad, los valores, el carácter y temperamento, las experiencias pasadas, el conocimiento adquirido, la cultura general, la propia filosofía y sus hábitos y costumbres, entre otros. Estos factores provocan que cada sumiller actúe de manera distinta. Sin embargo, todos deberían regirse por un código ético, un conjunto de normas y costumbres en las que basar su comportamiento y destacar dentro del restaurante. Para que lo consigan se ha creado (y se recoge en este capítulo) el código ético del sumiller, que se acompaña de un divertido test de personalidad.